Después de la historia que dejé plasmada en el blog http://elijansupropiaaventura.blogspot.com/ los invito a compartir esta historia sencilla y cotidiana, y que me ayuden a elegir el próximo pasajero de este taxi imaginario.

miércoles, 15 de junio de 2011

Capítulo 16: Un policía, un bombero y un médico.

¡Caos!

No sé cuando sucedió, solo sé que sucedió. Dedo de policía enfoca frente, boca de bombero marca auto a seguir, ojos de médico indica el objetivo. Subieron, no avisaron, yo no decidí. Están. Acelero. Freno en semáforo, gritos no dejan. Policía en ventana, abre paso.

(¿Llegaré a conocer a la criatura? ¿Mamá será papá también?)

En banco sólo había policía. A lo sumo bombero o médico. Tranquilo era aquello… no lo sabía. No puedo pensar, no me dejan. Gritos, incoherencias. Lo perdemos, médico lo ve, lo vemos, lo seguimos. Finito paso ese. Ni tiempo para pensar en el auto. ¿Razón para seguir? La irracionabilidad.

Sigo, sigo, sigo, semáforo, sigo, sigo, freno, grito, sigo: choco.

Bajan los tres. Corren, nos quedamos: el auto, el choque y yo. Duro, me quedo duro. Cuando desisto de entender que pasó, busco el golpe en el auto: fue menos de lo que creía. Alivio y más incertidumbre. ¿Quién pagará el viaje?

martes, 7 de junio de 2011

Capítulo 15: Una mujer mayor que su pareja.

Le gusta sus silencios, su escucha: no sospecha de su falta de contenidos. Le gusta su desfachatez, su falta de prejuicios al hablar: no sospecha de su irrespetuosidad. Ella aparenta ser australiana, él villero. Ellos se creen felices.

Feo es ir en el bondi lleno y ver en el que se frena a un costado, que también existen los vacios. O viajar en uno con tanta gente que te das cuenta que quien se paró junto a vos, no tiene buena relación con la higiene, o peor, que tiene ese olor a basura tan nauseabundo. Uno viaja en ellos y el universo pide que los vacios sean completados, entonces sus asientos inmediatamente hacen caso al universo. Todas cuestiones de vacios que en mi taxi no sucede.

Ellos buscan llenar sus vacios. Los cargan de imágenes, los completan con pocas palabras. Dejan mucho silencio, pero lo reemplazan por imaginación. Así seguirán todo el viaje y toda su relación.

Yo quiero una brasilera, una norteamericana o una china. Pero sobre todo quiero a mi mujer… y su ser del interior.

Llegando a destino. Destino. Oh, sorpresa: paga él. Sorprendido yo, gratificado también.

miércoles, 1 de junio de 2011

Capítulo 14: Un actor.

Cansado estoy, mis pensamientos confusos.

Termina horario de descanso, salgo relajado y desatento. Humahuaca, arranco. Teatro, un día me gustaría venir a verlo; él me viene a ver a mi: hombre sale de puerta, corriendo, apurado. Casi lo piso. Irresponsable, me detiene, sube, lo llevo.

Indica calle, toma auriculares, coloca en oído, se desconecta. Hago intento, no responde: será que no escucha, será que no quiere escuchar. Repito frases incoherentes: nada. ¿Y si me escucha y es una puesta en escena?

Mira. Observa, mira.

Me convierto en locutor; sin receptor y obviamente sin interlocutor. Me voy viendo como uno más de aquellos que hablan solos. Los veo todo el tiempo, ellos pasan por la ventana de mi auto. Ellos son montones, no necesitan respuesta. Ellos necesitan ser oídos: por el vacio. Está lleno de ellos. Y sin embargo, yo aquí, hablando sólo y tan lleno de tanto.

martes, 24 de mayo de 2011

Capítulo 13: Una imitadora de Moria Casán.

Llego tempano: no queja, no alago. El mundo se ha centralizado en ella.

¿Era? ¿No era? ¿Sabía si era? ¿Quién sabe? Para jermu, anécdota existió, ella fue pasajera mía; más todavía con la vuelta de Marce y Su: ella es protagonista. Y la pasajera también. Arreglada, cuasi un travesti, toda maquillada con sus hombreras y sus gafas oscuras.

Linda ducha caliente. La espalda me duele: está acostumbrada a seguir descansando en el asiento a esta hora. El estomago acostumbrado a aguantar. Baño interminable, como si se fuese a acabar el agua en el mundo.

Cruzo a locutorio, hago cambios. GranDt me fascina, el futbol no tanto. Ando bien en el juego; primero en el torneo de amigos, aunque son los compañeros de parada. Cacho, Tito, Colo: algún día sabré sus nombres. Ese día los invito a cenar a casa.

Mano rasca cabeza, dedo saca lagaña, llave pasa por uña. Pienso, no escucho. Pasa tiempo, espero. Mano enciende radio, mano carga mate, boca toma. Espero.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Capítulo 12: Una mujer con sus hijos

Mano cambia dial, baja volumen, sube mujer; sus 2 hijos también. Mano sube volumen en 2 puntos.

Chicos en silencio, madre habla; también por ellos. Clima, escuela, supermercados más caros, curso de inglés; sus preocupaciones: las de los chicos también. Si Kate supiera lo que le espera, ni por un príncipe dejaría la soltería, menos su no maternidad. Pobre jermu, la que le espera; pobre de mi. Ya lo amo tanto al niño.

Habla, escucho. Habla, escucho. Pienso. Escucho. Habla.

¿Dónde jugaran los niños? Cuando las plazas se llenen de drogones; los parques de travestis; clubes inalcanzables para el bolsillo de un normal. Con el mío, jugaremos en la casa; no saldrá. Siendo mujer: menos. ¡Que cuidado! Será cuidado. ¿Será cuidado?

miércoles, 27 de abril de 2011

Capítulo 11: Un ruso

Inglés, asignatura; pendiente.

Pasa papelito con dirección; ¿dónde será? Botón ayuda. Palabras, imposible. Ahora, inglés que entiendo como rustico; sólo algunas palabras. Rallan, supongo ruso. ¡Uf! Complicadísimo. Simpático el muchacho; tira palabra, tiro palabra; ninguno se entiende; todos satisfechos por sus interpretaciones.

Flaca, gorda. Todavía no caigo; así la veré en 9 meses. Cambia, todo cambia. Frenada: voy a tener que equilibrar mi cabeza; la vida que nacerá, me va a matar.

Dicen que la cultura no tiene olor: los museos ingleses tienen olor a esclavos africanos; el colectivo 132, olor a casa de chino; y a este ruso se le escapó un gasesito. Efectos secundarios del vodka, quiero suponer.

¿Tendrá en facebook el virus? No sé bien por qué querríamos saber cuántas personas entran en nuestras cuentas; tampoco por qué saber de la vida de los otros; y aún menos el por qué, de que sepan de mi vida. Igual no pienso cerrar mi cuenta.

miércoles, 20 de abril de 2011

Capítulo 10: Una mujer de Flores

Conchero: dícese de espejo retrovisor prolongado, que adicionalmente tiene otro de forma circular adherido a su vértice derecho. Utilizado habitualmente por los conductores de taxis, con el único objetivo de ver la entrepierna de la pasajera a ser trasladada. Como necesitaría uno de esos; mujer, minifalda, piernas hermosas; no puedo girar la cabeza, queda feo. La imagino, la pienso; cabeza vuela, represión bloquea.

Esposa tenía razón con la urgencia. Ahora el insoportable soy yo.

A la calle Boyacá; simultáneamente con la á me llega su aroma a Chanel N°5. El mismo que Marilyn, mi amor; cuanto glamur le falta. Arréglese los rulos, señora: por respeto al perfume. Seguro que le da lo mismo tomar cualquier vino, eso lo marca su perfume; no lo huele, no percibe, no disfruta.

De Huracán; yo San Lorenzo, su rival. Con mujeres no hablo de futbol, ella me habló; que nos vamos convirtiendo en empresa, estamos en un proceso, que ya soy parte de la corporación; es el capitalismo, cuando quiero me da clases de Marxismo. No quiero.

Se baja y me voy a comprar un conchero.

miércoles, 13 de abril de 2011

Capítulo 9: Una pareja hombre/hombre

En otra vida, yo, debo haber sido puto.

Suben 2 jóvenes. Él unos 25; él también. Cabellos mojados, mediodía, de traje; me subestimaron: creyeron que por caminar una cuadra del telo, no me iba a dar cuenta. ¿Acaso en la casa tienen dos duchas para bañarse separados? Seré nuevo en el oficio, pero viejo en la viveza.

Mensaje de jermu: urgente! vení a casa. Ya. ¡Epa! Esto ya no está en mis manos. ¿Y si pasó algo? Habría llamado. La quiero llamar; prometí no hacerlo mientras manejo. Espejo retrovisor; me van a saber disculpar, son comprensivos; tiro el auto a un costado; llamo. Llorando, riendo, que quiere que vaya para allá; no puedo; se enoja.

Radio indica nuevo robo en la ciudad. Les da charla para que se entretengan; me prendo. No hay donde esconderse, hay que irse o vivir enrejados. Confieso mis ganas de comprar un arma; se aterran.

Le acaricia el pelo; pasa manos por atrás; abraza. No me incomoda. Me gustaría volver a la época del enamoramiento; gustaría pasearme de la mano por la calle; besarme apasionadamente hasta que amanezca; ver sus rayos atravesarme, cual si fuera un sable revitalizante; explotar de amor.

miércoles, 6 de abril de 2011

Capítulo 8: Un japonés

Calor. Mano enciende aire; mano chequea; acaricia pelo.

Japonés ebrio. No chino; no coreano; japonés. Dudo el viaje; no es tan lejos; puede modular; lo subo. Gino, ¿italiano? No, japonés. Fisicoculturista, supongo. Se le estira la cara. Tuve una novia carona: ¡fea! Tenían un que se yo; yo sé que la amaba.

Todos hablan de sus ojos. Los suyos más redondos, los otros más achinados. No me importa. La chica con la que se encontró hoy, lo dejó. No me importa. Se pone a llorar. Me importa llegar a destino.

La jabru se está poniendo pesada; los mensajes son más seguidos, más insistentes; no entiende que no voy a volver al banco, me cuesta manejarla; y el japonés y su corazón roto. Que difícil es vivir; que linda que es la vida.

Futbol; siempre, futbol. Japón juega Copa América, no juega, juega. ¿Por qué? Por terremoto. En ese impacto social, ¿armonía natural? No entende. 2012, la tierra tiene derechos. No entende. ¿Por qué las sectas se matan cuando va a explotar el mundo si igual van a morir? Entendió.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Capítulo 7: Un judío

Humahuaca y Mario Bravo. Ya tengo donde parar al mediodía; gente macanuda para ahí. La comida no es el fuerte del lugar pero con otros conductores que hagan la estadía amena, pasa bien.

Abasto. Nunca entendí la expresión “crisol de razas” pero debe ser algo así; peruanos, judíos y mezclados en el medio los paraguayos; teatros y shopping. ¿Hay relación entre esas personas y el consumismo? Debe venir mucha gente en subte; extranjeros al barrio.

Uno de estos gorritos sube cuando estoy saliendo de la estación de servicio. No fue tan tacaño, me dejó las monedas. Pregunto, curioseo, me intriga su mundo.

En vez de pelusa en la nuca, le crece en la patilla; con tanto calor y en sobretodo; que trabajo moverse con esa barba. Tranquilamente podría ser un cavernícola de Alaska civilizado; o lo que es mejor, un cantante de reggae ruso. Trato, no puedo entenderlo; que raro habla por teléfono.

La biblia nuestra, la suya. ¿La misma? Nosotros la tenemos más actualizada. Los dos retrasamos: ¿religiones obsoletas?

Me quedo mudo: ¿por qué no sospecharía que él me podría robar? Silencio. Pienso. Silencio. Mucha paz deja en el ambiente al bajar.

martes, 22 de marzo de 2011

Capítulo 6: Un facho

Calco dispara charla: carriles exclusivos, que no sean de exclusión.

Me aburre cuando no me hablan; me irrita cuando me hablan.

Medio de transporte público; que es igual a un auto; que es público; que no es masivo; no, masivo. Negocio del gobernador de turno que debe estar entongado con los buses. En Israel se comparten; ahí sí que son públicos. Seguro que se armaron romances así. ¿Y los terroristas? ¿Qué pasa con ellos? Ocupación de terreno. Mi sorpresa, mi silencio.

Los viajes largos me cansan; los viajes cortos me aburren.

No señor, guarde ese moco. ¿Hace falta eso? Claro, usted tiene razón. ¿Cómo no, si acá es mi cliente? Debe ser así. El chico lavando el vidrio, no estudia, le molesta, ¿y usted dejando su recuerdo en el taxi? ¿Cada cuánto lavan el taxi los tacheros? ¿Nos sentiremos ofendidos los tacheros si nos llaman tacheros?

Extraño las colas, las quejas; mis compañeros, mis jefes; el desayuno y el almuerzo: ¿habré nacido para banquero?

Tipo interesante el que baja. Tipo raro. Cuando dijo hasta luego, ¿a qué se refería?

miércoles, 16 de marzo de 2011

Capítulo 5: Un piloto de avión

No vuelvo más: aeropuerto, parada, pasajero, pelea.

Piloto a bordo. Este sí que debe haber conocido Rio y tantos otros lugares. Ninguno como Costa Rica. ¿Costa Rica? Si, Costa Rica. Pura vida. Vivo el país por su experiencia. Selva, playas, hormigas gigantes. Todo lindo. Pura vida. Atienden el teléfono: pura vida; se presentan: pura vida; se despiden: pura vida. Pura vida: más que un slogan, una forma de sentirla.

¿Alianza en dedo? Debe ser lo del matrimonio nuevo; capaz que sea bisexual.

Bruja manda mensaje. ¿Cuándo entenderá que no puedo leerlo manejando? Semáforo: te extraño. ¿Arriesgar 5 puntos de mi licencia por eso? Hay una parte que no termina de entender. El taxi arruinará la pareja. Piloto enojado: ¿cómo imaginarlo manejando el avión y mandando mensajes si no tiene señal? Simplemente pido perdón.

Llegamos a destino. Pura elegancia al bajar.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Capítulo 4: Una señora bien

Te juro que es un viaje a Ezeiza. De verdad. No puedo llegar antes. Ya sé, Gorda. Lo dije. Si. Pero...

Los horarios quedaron para el banco.

Recoleta - Ezeiza. Viernes 6 pm. Infierno. Claro, la señora viaja y no le importa los que quedamos. La jabru que no entra en razón. Si me lo cuentan, yo tampoco. A la señora Recoleta no le importa. Sin sentimientos. Que corte el teléfono. ¡Qué humor!

Mujeres. Cualquier clase. Siempre las necesitamos.

A Rio. Trabajo. Así que placer. Qué suerte tienen algunos. En otra vida voy a elegir mejor. Qué lindo Rio. Bah, debe ser. Vi unas fotos por internet. ¡Copado!

Vuelvo a casa. Me encontraré con la de siempre. Gritos, amor. Reproches, amor. Después de todo sí se puede vivir del amor. Qué difícil es amar. Mi mujer. Pero si uso el posesivo, se enoja. Ella. Cuanto la amo. Voy a laburar como loco para regalarle un viaje a Rio.

martes, 1 de marzo de 2011

Capítulo 3: Un famoso

A este lo conozco. Lo conozco. ¡De-la-tele-visión! Pregunto, confirmo. Lo confundo de canal, lo confundo de horario, lo confundo de nombre. No le importa. Mi presencia tampoco.

No me gusta el ser cholulo. Esa Marcela, que buena que está. Sí. Seco.

Llega el mediodía. Sigo buscando estación que me haga de parada permanente a la hora de almorzar.

Qué bien que estabas cuando hacías de futbolista. Sí. Seco.

Celular permanentemente al oído. Dejá el pelo tranqui, papi. Sí, podés fumar. Hubiera preferido que me lo preguntes antes de encenderlo. Creído. Se rasca el oído.

¿A quién te comiste, Pibe Cantina? Después de haber atendido en el banco a García Satur y Brandoni ¿vos? No le hablo más. No le importa. No me importa. Menos mal que ya llegamos al canal. No lo bancaba más. Nada más me deja las monedas del cambio. No, dejá. No necesitaba su limosna. No seré famoso pero soy feliz.

martes, 22 de febrero de 2011

Capítulo 2: Un travesti

Una semana de trabajo. Mejora. Sube travesti.

Camisa blanca. Segundo uso o no planchada. Último botón desabrochado. Anteojos, sexys. Maquilla bien. No soy especialista pero sí me molesta la gente que se deja estar.

El travesti. La travesti. ¿Traba o trava?

¿Será verdad que maman por viajes? Decido preguntarle. Se puede enojar. Capaz es una mujer muy masculina. Puede ser. No creo ¿Pero qué va a hacer a las 2 de la tarde yendo al banco? Espero en la puerta para llevarlo de vuelta a la casa.

Todavía no cruzamos palabras, más que la de cliente y vendedor. Ya se tiene que bajar. Paga con cambio y baja. ¿Y si era mujer? Que linda sería.

lunes, 14 de febrero de 2011

Capítulo 1: Un taxista

Banquero por elección. Contador por vocación. Taxista de ocasión.

Accidentalmente manejo mi taxi. Negro y amarillo, patente FJK 455, matrícula GCBA 8424. 206, modelo 2005. Joya.

Banco. Allí aprendí a observar a la gente. Tan rara la gente.

Mano con anillo de casada, para taxi. Me detengo. No tengo cambio de 100 y se esfuma la posibilidad de tener mi primer pasajero. Puta. Una vida diciendo que si me va mal, me pongo un taxi y se van todos a la puta que los parió. Parece que la frase era con kiosco. Media hora girando y nada. Pero nada, es nada. ¿Se entiende?

Araoz, Santa Fe, Coronel Díaz, semáforo. Señor en esquina, inclina cabeza, evita reflejo vidrio delantero, mira. Levanta tímidamente la mano. Luces y a levantarlo se ha dicho.